Los perros ratonero Valenciano y ratonero de Praga comparten rasgos físicos; como el pequeño tamaño y el pelaje corto. Sin embargo, existen numerosos aspectos que permiten la distinción entre ellos.
El ratón de Praga surgió en la edad media y su primer hogar fue en los palacios reales de la República Checa, en la Europa central. Era común verlo en las fiestas aristocráticas de la época, debido a la admiración que le profesaban los miembros de la nobleza. Para muchos, se consideraba un símbolo de estatus.
Se convirtió en un perro tan popular que todos los ciudadanos querían a este animal como perro de compañía. Pero la miseria que azotó a la región tras la guerra hizo caer su fama. Incluso fue rechazado por ser “demasiado pequeño” y no es hasta el año 1980 que se vuelve a ver en los hogares.
Por su parte, el ratonero valenciano o bodeguero valenciano, como también se le conoce, es nativo de la Comunidad Valenciana y data del siglo XVI. En el año 1994 hace aparición por primera vez en un evento oficial, que pretendía exponer esta raza a nivel mundial.
Estos dos tipos de canes tienen otro aspecto muy importante en común y es que son perros de caza, que se deshacen de los roedores con facilidad. Por esa razón nunca abandonan el estado de alerta ante cualquier movimiento.
Características físicas de ambas razas de perros
Comencemos por el ratonero de Praga, que comúnmente se confunde con el chihuahua y el pinscher miniatura, pero que no guarda relación con los mismos. Este perro es muy pequeño, en la etapa adulta alcanza un tamaño de 20 a 23 centímetros y puede pesar entre los 1,5 y 3,5 kilogramos.