Siempre que se acercan festividades las personas piensan en un regalo, pero regalar animales no debería ser una de las opciones. No importa si se trata de Navidad, cumpleaños, aniversarios… o si es para niños, parejas o incluso un abuelito. La idea es no pasar por alto la fecha y demostrar cuánto queremos al ser amado.
Así llegó Sofía al hogar de Iván, un pequeño de siete años que anhelaba un perro de mascota. Sus padres decidieron complacerle el día de los Reyes Magos con una cachorra.
Por desgracia, en muchas ocasiones se obsequian animales de compañías. Aquellas pequeñas e indefensas criaturas terminan en casas donde no son bien vistos ni les cuidan como se debe. Los regalan sin reparar en las consecuencias para las mascotas.
Acabada la euforia de los primeros días, Sofía comenzó a convertirse en un estorbo. Al terminar febrero fue entregada a un sitio de protección para caninos. En este caso, al menos su final no fue tan infeliz. Esa historia se repite cada día y en todo el mundo. Por ejemplo, en España:
- Se recoge un animal de compañía cada cinco minutos (según el informe anual de la Fundación Affinity)
- Las personas abandonan unos 250.000 animales, cifra que aumenta casualmente luego de Navidad.
Por eso, regalar una mascota por impulso o satisfacer los sueños de otro no es buena idea. Los animales no son cosas que podemos comprar o vender; poner aquí o allá. Constituyen seres vivos de los cuales hay que responsabilizarse, cuidar y atender si comparte nuestro hogar.