Hace algún tiempo se pensaba que tan solo los perros de criador podrían ser perros de terapia (especialmente, la raza Labrador y Golden Retriever). Sin embargo, debido al trabajo que han llevado a cabo muchas protectoras a lo largo de los últimos años, esta idea ha quedado descartada.
Los expertos tienen claro que las mascotas adoptadas cumplen con los factores que se necesitan para convertirse en un perro de terapia.
¿Qué factores tienen que darse para que una mascota adoptada se convierta en un perro de terapia?
Sin embargo, esto no quiere decir que cualquier perro pueda lograr este objetivo. Tal y como vamos a ver en esta sección, existen algunos factores clave que deben cumplir.
Condiciones adecuadas
Las condiciones en las que se ha desarrollado el animal deben haber sido las adecuadas.
Por ejemplo, las dimensiones del espacio que ha tenido para jugar, para relacionarse con otros animales, así como las condiciones sanitarias dicen mucho sobre si el animal podrá ser o no un perro de terapia.
Educación temprana
De la misma manera que los humanos, los perros tienen una mayor capacidad para aprender cuando son pequeños. Por ello, para poder convertirlos en perros de terapia es fundamental que hayan recibido educación temprana por parte de expertos en la materia.
Debe tener predisposición a seguir instrucciones
Existen algunos detalles que pueden darnos ciertas pistas sobre si el animal puede lograr esta meta. Por ejemplo, si tiene capacidad para traer las cosas que el profesional de terapias va a lanzar (podríamos estar hablando de un juguete, de una pelota, o de cualquier otra cosa).
Es un indicador natural que nos muestra que el animal se podría convertir en un perro de terapia.