Peso
Tamaño
Altura
Actividad física
Esperanza de vida
Origen
El Galgo Afgano, también llamado Lebrel Afgano, se originó en Afganistán, como su nombre indica. Su surgimiento está estimado en la etapa cercana al año 1000 antes de nuestra era. Por otra parte, la fecha de su origen no es nada seguro. Muy posiblemente, la raza ya existiera antes, aunque no se haya dejado constancia alguna de la misma.
En sus comienzos, era utilizado, por sus características, para labores de cacería. Por esto, tras la guerra entre británicos y habitantes de su zona endémica, fue llevado a Inglaterra. En Europa, se le ha utilizado tanto para cazar como pastorear. Del mismo modo, por la elegancia y agilidad de los galgos, ha tenido presencia en carreras.
Carácter del Galgo Afgano
No hay una tipología común entre todos los miembros de esta raza. Si no tiene contacto con muchas personas, puede resultar tímido, pero, de lo contrario, bastante extrovertido. Del mismo modo, puede ser muy cariñoso o pasar del contacto con otros seres. También muy enérgico, llegando a ser hasta frenético, u holgazán. Todo depende de las características propias de cada uno y de la forma en la cual se le críe.
Características
Llegan a alcanzar un peso de 23 a 30 kg y una altura de unos 63 a 70 cm. Poseen rostros estirados y orejas caídas. Es una raza bastante grande, de cuerpo esbelto y patas finas. Su cabellera es muy larga, llegando incluso a rozar el suelo, y bastante sedosa. La cola suele terminar en una especie de anillo. En cuanto a colores, se les puede ver casi de cualquiera común en perros.
Salud y cuidados
No necesita de niveles extremos de cuidado. Sin embargo, será necesario darle extensos paseos, preferiblemente en zonas abiertas. Parques con poca concentración de personas o campos abiertos pueden resultar perfectos para esto. Por su predisposición genética, necesita correr largas distancias y liberar mucha energía. Se estima que debe andar entre uno a tres kilómetros diarios. Siempre se les debe supervisar, pues suelen ignorar los llamados y son propensos a atropellamientos.
La displasia de cadera es uno de los padecimientos más comunes en esta raza. Del mismo modo, la displasia de codo. Aparte de esto, no debe presentar mayores problemas. Como siempre, es recomendable atenderlo periódicamente con un veterinario. También, por su alta concentración de pelaje, tomar medidas constantes contra pulgas y garrapatas.
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Bibliografía: