Las pirañas son uno de los peces temidos del Amazonas. Su dieta es de las más excéntricas del sur de América. Suena aterrador, pero se dice que comen hasta carne humana. ¿Mito o realidad?
La dieta de las pirañas
Si hay algo que las caracteriza es su voraz apetito carnívoro. El expresidente estadounidense Theodore Roosevelt las describió como “el pez más feroz del mundo”.
Contrario a lo que se cree, algunos son omnívoros en su juventud. Su comida favorita es la carne y son capaces de devorarla en segundos. No solo comen insectos sino que también se alimentan de mamíferos sin importar su tamaño. Asimismo gustan de las semillas, carroñas, plantas acuáticas y otros vegetales.
La pororoca es un fenómeno natural en el que el mar oceánico llega a los ríos. Dicha marea arrastra consigo animales vivos y muertos, siendo un festín para las hambrientas pirañas. Además, les encantan los cadáveres.
Viven en grupos o bancos para protegerse de los depredadores. No obstante, al momento de cazar no siguen ninguna coreografía planificada. Atacan de manera caótica. Acechan a su presa durante el amanecer y el crepúsculo. Tienden a asaltar primero los ojos y las colas de los peces. De esta manera los inmovilizan y se los comen sin reparo.
Estas habilidades de caza se ven favorecidas por sus afilados, puntiagudos y delgados dientes. Muerden y desgarran como todo un cuchillo profesional. Además, pueden llegar a reemplazar su dentadura en 100 días. La especie Serrasalmus rhombeus posee una de las mordidas más fuertes comparada con otros vertebrados.
Sorprendentemente algunos animales resisten a las amenazas de los pequeños depredadores. Un ejemplo de ello son las Atrapaima. Sus escamas las hacen casi inmunes a las pirañas a pesar de su suculenta carne. Esto se debe a que están formadas por una combinación de dos capas con colágeno y calcio.