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Origen
El Kangal es protector por naturaleza. Tuvo su origen en Turquía. Hoy en día, es considerado el perro nacional de ese país. Adquiere ese nombre por el distrito que también se llama así, localizado en la región Sivas. Se le conoce además como Pastor de Anatolia.
Proviene de la unión de dos razas muy antiguas ya extinguidas: el moloso de Asiria y el moloso romano. Estos antecesores, fueron empleados en su época como guardianes de ganado, de ahí que el Kangal adquiera ese atributo.
En la actualidad, se ha posicionado entre los perros más fuertes del mundo. Los expertos aseguran que reúne las mejores características de dos poderosas razas como el Mastín o el Rottweiler. Su mordida tiene una gran potencia, superando los 740 PSI (libras por pulgada cuadrada).
Carácter y Características
Físicamente, se asemeja mucho al Mastín, debido a su gran corpulencia. Pesa entre 50 y 65 kilogramos. El macho alcanza una altura de hasta 83 centímetros. Mientras tanto, la hembra usualmente no supera los 76 centímetros de alto ni los 54 kilogramos de peso.
Sus patas son largas e increíblemente fuertes. Al correr, alcanza una velocidad de 50 kilómetros por hora. Es propio de esta raza tener una gran mancha negra en la cara, la cual alcanza las orejas y el hocico. El resto del cuerpo es de tono claro, aunque puede variar el color a gris, crema, dorado o pardo.
Su instinto guardián también lo emplea con los humanos. Muchas familias lo prefieren por la actitud protectora hacia los suyos. Es muy cariñoso y amable con los niños. Suele jugar, pero más bien lo identifica la serenidad y la independencia. Sobresale en él su audacia, posee una capacidad muy grande para detectar el peligro y las situaciones adversas. Aunque resulta ser hogareño, no todas las personas están aptas para adiestrarlo ni trabajar en su aprendizaje.
Salud y Cuidados del Kangal
Presenta un pelo corto y fino que debe ser cuidadosamente tratado, ya que este lo protege ante enfermedades de la piel y otras afecciones. Por tanto, con un correcto cepillado para eliminar el pelo muerto y los baños temporales, es suficiente.
Se aconseja no adoptarlo antes de los dos meses de edad. Esto permite que en dicho período de tiempo el Kangal se nutra bien de su madre. Así como posibilita que aprenda de su familia y luego esté preparado para enfrentarse al exterior. Requiere solo la atención necesaria, visitas al veterinario, vacunas y una correcta alimentación bajo la tutela de especialistas.
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Bibliografía